Resistir significa: contar con el corazón y los testículos,

y con tu mal crónico: el mal de la esperanza.”

Mahmud Darwish.

La integración del paradigma colonial en la racionalidad del poder contemporáneo, explica Mauricio Amar, en el libro El paradigma Palestina (DobleAEditores, 2024), es la intensidad con la que se expresa la violencia expansiva de la razón imperial en el mundo como estado de excepción permanente de la regla del capital, y como este ha devenido en genocidio contra el pueblo palestino.

La invitación a pensar los distintos dispositivos que la guerra colonial puesta en obra por el Estado de Israel en los territorios palestinos ocupados desde hace más de setenta años, y el impacto político que esta invasión sionista genera en todos los pueblos del mundo, es el desafío ético que este texto de resistencia nos propone problematizar, como arte-facto de interrupción de las tecnologías del exterminio general de la vida de los pueblos en el planeta.

¿Cómo pensar el despliegue del poder en el mundo moderno, sin atender al problema de la dominación colonial?, pareciera ser el problema central de la tesis sobre la violencia general que recorre el libro de Amar, pues no es posible sustraerse a la pregunta sobre la matriz colonial que articula todo proyecto de expansión y anexión imperial, y que a su vez anuda al programa fascista- sionista del imaginario moderno occidental europeo de aniquilación, sin interrogar la racionalidad política que los subyace, a decir; la máquina teológico-política de la separación racista, semita/ europeo, bárbaro/ civilizado, y su programa de conquista y limpieza étnicas.

Los judíos representan frente a los palestinos la vanguardia de la civilización contra la barbarie”. Amar, citando a Herzl. p. 40.

Y más adelante:

El momento en que Israel deviene occidente como tal es el mismo en que Palestina comienza a funcionar como paradigma de la violencia contra los pueblos en general”. p. 64.

Así, entonces, si la instalación del Estado de Israel en tierras habitadas por los Palestinos representa la avanzada de la vanguardia de la civilización contra la barbarie, como racionalidad colonial del programa racista del sionismo europeo, que bajo el paradigma cómplice del mandato humanitario, habilita el exterminio planificado de un pueblo entero, inmunizado por la égida de la episteme racial de la lucha contra el terrorismo, entonces podríamos pensar con Mauricio Amar, que Palestina emerge como una cartografía especular de los dispositivos securitarios y sacrificiales de la razón orientalista.

En este sentido es que, Amar nos invita a pensar a Palestina, y particularmente a Gaza como la geografía, el lugar físico que arrastra en el an-arche intempestivo de su torbellino, la devastación civilizatoria, Palestina, es la cartografía de un nómos de la violencia de la historia, donde se concatenan las distintas formas de despliegue del poder y sus modos de opresión sobre la vida de los diversos pueblos en el mundo.

Palestina se nos aparece, precisamente, como esa imagen fulgurante de la catástrofe llamada civilización”. p. 76.

Gaza no es simplemente una ciudad palestina, sino que es la imagen completa del mundo en estado de excepción”. p. 96.

El paradigma Palestina, nos plantea Amar, deja ver, y saca a la luz una analítica del entrelazamiento simultaneo de las formas en que opera el dispositivo biopolitico dentro de la razón gubernamental, es decir, como vínculo ascendente entre espacio, territorio, producción y administración de una población- la de los israelíes- y el necro-poder, vale decir, como máquina de exterminio y “políticas de muerte ” sobre el cuerpo de los palestino, donde la palabra Palestina sufre del borramiento colonial que implica su inclusión-exclusión inscrita en el nómos letal que todo régimen de excepción soberana, devenido regla, deja caer sobre las vidas desprotegidas y expuestas a la violencia del aparataje imperial.

Así, entonces, nos plantea Amar, el racismo es la piedra angular sobre el cual se erige el despliegue de las lógicas neocoloniales y biopoliticas de la ocupación israelí sobre Palestina, y, es más, nos dice; todo “espacio colonial”, se afirma sobre el paradigma de la bio necro política, es decir, que la soberanización, opresión y muerte de una población contra cualquier otro pueblo, se articula sobre la base de la producción y administración de la vida de uno por sobre la aniquilación del otro. En este sentido el Estrado sionista de Israel, aparecerá, entonces, como el comisariado y la expresión contemporánea de estos dispositivos de conquista y muerte, en un escenario de despliegue y avance de los patrones de acumulación global del capital, que tiene en la articulación orientalista y neofascista de las democracias liberales su pivote de aceleración, y es en este sentido, entonces, que Palestina se nos muestra como el paradigma de comprensión respecto de lo que ocurre en gran parte del mundo, es decir, se revela como cita asediada- como estado de sitio- de las practicas neocoloniales, racistas y securiutarias de la voracidad del capitalismo integral contemporáneo y sus agencias de ocupación, expropiación y control de territorios, extendidas por los distintos rincones de los diversos pueblos sometidos de la tierra.

Israel desde su creación ha funcionado como una colonia occidental, un puesto de avanzada de Europa, pero con la profundización del neoliberalismo, tras la caída de la Unión Soviética, se muestra ya no como una vanguardia occidental, sino como un dispositivo de contención de todo el proyecto colonial de occidente en su fase de declive, que ahora se subjetiva a sí mismo como un proyecto securitario”. p. 64.

Y más adelante:

La raza opera como factor que liga las formas de poder, haciendo viable no solo el control y producción de la vida, sino también su exterminio».

En la colonia el poder soberano se imagina a si mismo siempre fuera de la ley, en una eterna suspensión que rige sobre los pueblos dominados, los que, a su vez, nunca son comprendidos más que como salvajes, incapaces de toda humanidad”. p. 93.

La configuración de Israel, nos dice, Amar como un Estado componente fundamental del mercado de la seguridad y los dispositivos de inteligencia en el mundo, lo convierten al mismo tiempo en una agencia de planificación y exportación de la guerra y las tecnologías securitarias de gran parte de las potencias liberales del planeta, su rol articulador de la industria armamentística, le otorga un protagonismo decisivo en el concierto económico internacional, que le brinda acceso a los grandes mercados del mundo financiero global – América, Europa, Asia y el mundo árabe pro israelí- convirtiendo su soberanía bélica en un aparataje inmunitario que le garantiza impunidad en el paradigma sionista de la securitarización del mundo.

Israel controla el 70 % del mercado de drones aéreos que se utilizan para observación y ataque, y es líder en el desarrollo de tecnologías de vigilancia fronteriza, incluyendo censores, cercas, protocolos de seguridad aérea, equipos electroópticos y armas robóticas”. p. 63.

La ocupación sionista de los territorios palestinos, nos dice, Amar, se expresa también en dos formas entrelazadas en que el poder durante el siglo XX se ha organizado para soberanizar tierras y someter vidas, esto es; el “lager” y el “neoliberalismo”, vale decir como campo de concentración y exterminio, y como tecnología de domesticación, segregación y gobierno.

Éste modelo bipolar de organización del poder permite a las potencias colonizadoras generar una zona de indiferenciación lager-neoliberal, que logra en definitiva generar un espacio de difícil distinción entre la capacidad de administrar vidas, vía tecnologías de segregación, mercado y apartheid, y a su vez, disponerlas para su exterminio en los “espacio- cidios” de la “necrópolis” ocupada.

Mientras Cisjordania es el espacio de la intervención neoliberal, que muestra las consecuencias extremas de su aplicación sin otorgamiento de derechos civiles ni políticos, Gaza es el campo de concentración masivo al que los cisjordanos se vuelven insensibles como temerosos de caer en la misma forma de vida, aun cuando la propia se encuentra fragmentada, controlada e imposibilitada de toda normalidad”. p. 97.

La emergencia con la que escribe Amar, es la vez, la urgencia de un texto, que desde la intifada insurrecta de su “escritura”, y a la contra de la dominación colonial, no cesa en la insistencia de producir “nuevas relaciones”, “nuevos afectos”, que abran un mundo en común más allá de la catástrofe y nakba que nos piensa, pues, contra la devastación y la impugnación del horizonte sionista, se levantan los pueblos de la tierra para afirmar que Palestina nos es solo un lugar distribuido en la cartografía que el poder nos impone, sino una experiencia de lucha, un conatus general de resistencia e interrupción de la maquinaria imperial de la muerte.

El libro de Mauricio Amar, es una invitación a imaginar también, que una de las formas de resistencia al fascismo- sionista, es la palestinización de los pueblos, en tanto que Palestina es la “alegría” mal-tratada de un devenir “escritura” del mundo; un cuerpo que tensiona, antagoniza y repulsa el continuum del despliegue del capital sobre nuestras vidas, pues, palestinizar a los pueblos es erotizarlos en una intensidad política que no se deja inscribir en el cortijo de la aniquilación; Palestina es escritura, como pasión que persiste en el habitar un común sobre la tierra; un desgarrar, en el comunismo sucio y pagano de sus días, la tela lisa del aparataje neocolonial.

Mauricio Amar Díaz, El paradigma Palestina. Sionismo, colonización y resistencias, DobleAEditores, 2024. ISBN: 978-956-6149-07-1

Fuente: Ficción de la razón

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